miércoles, 16 de mayo de 2007

Flautas de tres agujeros



Ricardo Sánchez. Las flautas de tres agujeros son unos instrumentos muy difundidos por toda la Península Ibérica. Se trata de uno de los tipos más antiguos de flautas que se conservan actualmente. Una manera de saber la edad relativa de las flautas es en base al número de agujeros de que disponen.
Obviamente, la primera flauta debía ser un tubo sin agujeros, y, el gran descubrimiento fue cuando, al practicar un agujero, se observó que, según estuviese tapado o destapado, hacía una u otra nota. Así, cuando se llegaron a practicar tres agujeros, las combinaciones daban ya de sí para hacer más de una octava cumpleta, combinando las digitaciones con diferentes presiones de aire.
Las flautas de tres agujeros pertenecen, concretamente, al grupo de los llamados flageolets, que son aquellos instrumentos de viento que tienen practicada una canalización que conduce el aire hasta el bisel, cosa que no pasa en otras flautas como la quena o la flauta travesera. Son flautas verticales, con el interior cilíndrico, pudiendo ser, en la parte exterior, más anchos por la parte de la embocadura o, incluso, por el centro del instrumento, siendo, esta forma, más resistente a los golpes.
Habitualmente, se han hecho con maderas autóctonas, como el boj o la encina, e, incluso, con huesos de ave, como de buitre. Más modernamente se están utilizando maderas más exóticas, como el ébano. La embocadura, es decir, la zona donde está el bisel, puede estar hecha, o contener partes, de un material diferente al del tubo, tales como cuerno, hueso o metal. Inmediatamente por bajo del bisel pueden haber ornamentos hechos con torno, o con anillas de metal, cuerno, etc.
La flauta de tres agujeros es llamada, en determinadas zonas, gaita, aunque, como ya hemos dicho, no pertenece a la familia de las gaitas, sino de las flautas de pico.

Flauta y tamboril. Fotografía. Ricardo Sánchez.



Historia

Las primeras flautas de pico estaban hechas con huesos de ave, y no tenían agujeros, pudiendo hacer una sola nota. En una cueva de Isturitz (País Vasco francés), se encontró una supuesta flauta paleolítica de tres agujeros, hecha con hueso, aunque, desgraciadamente, la parte de la embocadura estaba rota y no se ha podido estudiar. Los tres agujeros estaban a la misma cara. Otras flautas de este tipo se han encontrado en Centroeuropa. Tienen una antigüedad de unos 25.000 años.
Otras flautas, muchomás recientes (unos 5.000 años de antigüedad), se han encontrado en Asia Menor, y tenían tres agujeros y un precario bisel, sobre el que se proyectaba el aire. Igualmente, los agujeros estaban en el mismo lado. Estas flautas se han encontrado, también, entre los egipcios, los griegos, los chinos y los indios de Guayana.
En esta época se creó un canal para conducir el aire, y se configuró el actual posición de los agujeros, con dos en frente y uno en la parte posterior.
En la provincia argentina de Jujuy existe un tipo de flauta que representa un estado intermedio de evolución. No tiene canal, pero tiene una embocadura con dos prolongaciones para poner la boca. Es una especie de canal sin tapar. La flauta es ancha y corta. Tipos semejantes de flautas, en este estadio evolutivo, es muy probable que existiesen en Europa y Oriente, pero no se han conservado.
Parece ser que el pueblo que perfeccionó este instrumento fue el griego, de donde lo heredarían los romanos. De hecho, los primeros aulos griegos, tenían solamente tres agujeros.
En la edad media, estas flautas fueron muy usadas por juglares y trobadores. En la Península Ibérica, estas flautas continuaban con los agujeros en la cara anterior. Dado que el hecho de poderla tocar con una sola mano propiciaba tocar, con la otra, un instrumento de percusión, parece ser que, para favorecer el poder sujetar la flauta con una sola mano, se acabó poniendo un agujero en la parte posterior.

Afinación

El estudio de la afinación de este tipo de flautas es un tema complicado. Al menos, en la Península Ibérica, no ha habido un proceso de unificación, e, incluso ahora, se continúan haciendo a mano o con tornos rudimentarios. Los agujeros se hacen en base a patrones de flautas antiguas, o con medidas caseras. En cualquier caso, es posible establecer algunos criterios de agrupamiento.

-Escala Herpandro: la3-si-do-re-mi-fa-sol-la (gaita salamanquina)
-Hipofrigia: sol3-la-si-do-re-mi-fa-sol-la-si-do (con el si un poco bajo y el fa un poco alto; de una flauta de 1884).
-Dórica: la3-sib-do-reb-mi-fa-sol-la-sib-do-reb. La diferencia con la escala dórica griega es el re bemol. Es un tipo de escala muy habitual en estas flautas.
-Frigia: sol3-la-sib-do-re-mi-fa-sol-la-sib-do (la escala frigia empieza, en realidad, en re, pero con esta misma disposición de tonos y semitonos).
-Dórica/hipodòrica: la3-sib-do-re-mi-fa-sol-la-sib-do-re (esta escala, originalmente, empieza en re, con esta disposición de tonos y semitonos; propia de las flautas de Zamora, Salamanca y norte de Cáceres).

Estas son algunas de las afinaciones encontradas, pero hay muchas variantes, muchas de las cuales no se pueden reflejar exactamente con nuestro sistema de notación, ya que, muchas veces, los intervalos producidos por estos instrumentos no son exactamente tonos o semitonos.

Distribución y variantes


En España encontramos 6 zonas principales donde se puede encontrar este tipo de instrumentos:

1) Zona Occidental. Antiguo reino de León, Extremadura y Andalucía Occidental. La flauta típica de estas zonas es la que hemos descrito hasta ahora, conocida, a menudo, como gaita.
2) Islas Canarias (Tenerife y Hierro). La variante insular tiene 4 agujeros, y es de madera de laurel.
3) País Basco y Navarra. Recibe el nombre de tixstu. Mide unos 43 cm. Igualmente, se utilizan la txirula, más aguda, y el silbote, más grave.
4) Alto Aragón. El chiflo es la flauta de tres agujeros del norte de Aragón. Mide unos 43 cm. y está forrada con piel de serpiente.
5) Cataluña. En Cataluña, la flauta de este tipo es el flabiol, aunque ya no se conservan flautas de tres agujeros, porque el flabiol tiene 6 o 7 (dos de ellos a la parte posterior).
6) Islas Baleares. En Ibiza y Formentera hay flautas de entre 45 y 48 cm. Hay un tono de diferencia en la afinación de las flautas de las dos islas.

Además, encontramos flautas de tres agujeros en Inglaterra (de unos 30 cm, afinada en re), en Francia, Italia, Europa Oriental y América del Sur.

El tamboril

Las flautas de tres agujeros, muy habitualmente, eran tocadas por un músico, que, al mismo tiempo, se acompañaba con un tamboril.
Según una antigua descripción, de 1589, dice que tiene una longitud aproximada de dos pies pequeños, y un pie de diámetro. Sobre las membranas se ponen unas cuerdas que producen un sonido vibrante cuando se golpea el tambor.
Estos tambores se cuelgan del brazo con una cuerda o cinta.
El tamboril estuvo de moda en la sociedad parisina a entre 1750 y 1800. Incluso, hubo una escuela de tamborileros de alta sociedad, y se trató de refinar el sonido añadiendo unas cuerdas que vibraban por simpatía, y no por contacto directo con las membranas.
En la península ibérica, el tamboril varía bastante de unas zonas a otras. En León se llama caja, y se hacía con un tronco de nogal de unos 60 cm. de altura por 40 de anchura. Tiene unas anillas metálicas donde se sujetan las pieles, que podían ser de cabra, y, también, de oveja o, incluso, de perro. Para tensarlas se usaban una especie de grapas de cuero, y, actualmente, son de metal. Últimamente, el cuerpo del tambor puede ser, también de de metal.
Más al sur, en Salamanca y Cáceres, la longitud del cilindro es mayor, y en Badajoz llegan a ser enormes, y muy graves.
En todos los casos se tocan con una única baqueta, que el músico lleva en la mano derecha. En las zonas donde los tambores son más pequeños, los ritmos son rápidos y recargados, con uso de contratiempos y golpes en las anillas metálicas, obteniendo, al golpear en diferentes zonas de la piel, una gran variedad de sonidos.

En la zona del sur, los ritmos suelen ser más básicos, por las grandes dimensiones de los tambores.


El chicotén

Es un instrumento que se conserva a algunas zonas del Pirineo (tanto a Francia como España), aunque se han encontrado también en Cataluña y Castilla y también se llama salterio o tambor de cuerdas. Suplía al tambor cuando se tocaba en lugares cerrados. Consta de una caja alargada de madera y una serie de cuerdas que son percutidas con una baqueta. Al igual que el tambor, era tocado simultáneamente a la flauta de tres agujeros.